Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que escribí algo aquí. Y mucha distancia. Según Google (que sabe más de mi que yo mismo), estoy como a 8,000 km de distancia de mi tierra natal (y no, no estoy orbitando alrededor de la tierra). Han pasado tantas cosas que mejor deberé recapitularlas antes de empezar esta historia.

Primero, después de morir en el capítulo anterior, entramos a clases y empecé el magíster. Luego fue noviembre y Alonso y los Strawberries ganaron la nacional de la ACM-ICPC. Fue como una revancha moral del fracaso horrible de Los Jinetes del Loop. Y yo como su ACM Team Psychologist® oficial, pero ignorado, no hice más que aplaudirlos. Mención especial para Los Recolectores de Basura y (por favor) No le den más vino a @perez (que ahora debe estar chocho con los cabros de la OCI/IOI).

Alfonso y los strawberries.

Pues bien, es hora de comenzar. Como no me gusta andar ventilando la vida personal por las redes sociales y el internet, no voy a decir que ando de viaje en tierras lejanas ni que anduve como 20 horas en avión, bus, tren, caballo y auto.

Si este hubiera sido el auto le hubiera tomado una foto desde adentro.

La ciudad es como cualquier ciudad que cualquiera de nosotros haya visitado: llena de autopistas, de autos, de casas gigantes, vegetación, playa, sol, supermercados, tiendas, wifi gratis, parquímetros con tarjeta de crédito, tiendas hipster en cada esquina, tiendas que te broncean como a las estrellas de hollywood, etc.

La universidad es lo más típico y sencillo que uno se pudiera imaginar. Hay buses gratuitos de acercamiento desde la ciudad al campus. Y si va en auto, un bus lo puede acercar del estacionamiento a su facultad favorita. Tiene Burger Kings, Starbucks, Hare Krishna, Nano Ingeniería, Super Computers, piscinas, gimnasios, canchas de lo que quiera, árboles, áreas verdes, azules y amarillas. En los baños el agua sale tibia. Hay wifi en todo el campus. Cerca de uno de los tantos edificios de hogares para pregrados hay una playa nudista.

Lo único malo* es que se oscurece a las 5PM. Pero oscuro. El clima sigue siendo agradable. Se supone que acá ya casi es invierno pero hace mucho calor incluso a las 8AM.

Bueno, y estoy aquí, en esta tierra gigante que no se acaba nunca y tiene trenes de dos pisos. En alguno de los días siguientes continuará esta historia. Les adelanto jardines del edén, caminos de las serpientes, dioses sol y estrellas caídas. Y jugos verdes, verdes, verdes.

Si ya!

Bonus Track: una pelea típica en la calle.

* First World Problems