Revolviendo unos cajones llenos de cachureos, encontré una nota en Evernote con mi lista de los 20 mejores capítulos de Los Simpsons, que incluía 53 capítulos que considero lo suficientemente buenos como para estar en un ranking de tan sobrevalorada estofa. El contexto en esa ocasión era celebrar los 25 años que llevaba la serie al aire (aunque… por favor, que alguien los mate de una buena vez).
Homero y Bart en la temporada 37.
Por razones obvias, nunca publiqué esa lista—me retaron diciéndome que debería estar produciendo papers como condenado de la acadeza en vez de estar escribiendo sobre Los Simpsons. Ahora que me reencontré con ella, decidí hacer algo distinto, que involucra mucho más trabajo. Hacer una reseña de cada uno de esos capítulos.
Así es, querido lector (querida lectora, querido lectora, y querida lector). Cincuenta y tres reseñas de los mejores 20 capítulos, y que como siempre me pasa, seguramente ésta sea la primera y última de todas.
Vamos al grano.
O al granirijillo.
El primer capítulo de mi lista, que no sigue ningún orden en particular, corresponde al capítulo 17 de la temporada 7, Homero el Smithers. Este capítulo salió al aire el 2 del 25 de 1996, que trata sobre la simbiótica relación entre el Sr. Burns y Smithers. Y Homero.
Como leí por ahí, y luego corroboré, la temporada 7 se caracteriza por ser una temporada llena de drama y emoción. Tiene muchos capítulos muy emotivos, como Mamá Simpson, El bebé de mamá, Lucha de clases en Springfield, Lisa la vegetariana, Yo amo a Lisa, entre otros. El capítulo en cuestión trata otra relación archiconocida entre personajes, Burns y Smithers, pero más con un toque cómico que sentimental.
Me repite aquello donde dijo todas esas .. amhh ahm emhh eh qu… cosas.
Esencialmente, Smithers falla en su papel de niñera-protector-sirviente-mayordomo-mano derecha en una de las 280 tareas que debe cumplir para con el Sr. Burns, cuando Lenny aparece en el auto de Burns agradeciéndole por la fiesta de los empleados mientras Smithers no estaba. Burns, en su desconocimiento total del mundo real, tal como un perrito que llora al asustarse escuchando el sonido de sus propios gases, teme que Lenny (el desconocido con olor a cerveza y nachos) fuera a lastimarlo. Esto ocasiona que Burns le de unas vacaciones a Smithers por su exceso de trabajo.
Smithers, por supuesto, busca entre los empleados más ineptos, flojos y monstruosamente feos a su reemplazante. Después de no poder acotar los resultados a menos de 714 coincidencias, va a buscar a Homero Simpson. Su reemplazante trata de hacer el trabajo lo mejor posible, y llega hasta dar pena el pobre Homero siendo ninguneado por Burns tras cada tarea fallida.
Homero haciendo el desayuno.
En todo este proceso hay chiste tras chiste sobre la ineptitud de Homero, como cuando Burns le pide el informe de contabilidad:
Burns: _¿Tiene listo el informe de contabilidad? _Homero: ¡Sí, señor! Contabilidad está en el tercer piso, trabaja de 9 a las 5. El jefe del departamento es un señor Johnson o Johnstone. Al final, Homero termina perdiendo los estribos, atacando a Burns y huyendo de la escena del crimen (una de mis partes favoritas). Esto ocasiona que Burns deba valerse por sí mismo, ya que teme que Homero le vuelva a hacer daño. Al intentar infructuosamente de usar la máquina telefónica para llamar a Smithers (y obviamente el que termina contestando el teléfono es Moe) (puntos extra por guardar el auricular del teléfono en un cajón después de llamar), éste siente en su corazón la llamada del necesitado (“Mi corazón me dice que el señor Burns me necesita”). Tras volver, Burns es totalmente autosuficiente en 279 de las 280 tareas de Smithers.
“¡Yo mismo machaqué los granos!”
Smithers es despedido, y tras trabajar en AT&T (transportando pianos), como locutor de carreras, y finalmente en la taberna de Moe (“su trabajo es distraer a Barney hasta que se vaya la camioneta”), Homero lo ayuda a recuperar su empleo explotando la única tarea que Burns no puede manejar: una llamada de su madre.
“Hola Sr. Burns, le habla su mamá.”
OBVIAMENTE el plan no funciona, y por alguna razón que no recuerdo, Smithers y Homero terminan peleando, mientras Burns revienta una bolsa de papel, les tira agua con un vaso, y los picotea con una regla intentando parar la pelea. Burns termina cayendo (gracias a Homero) y quedando invalidado, nuevamente para ser atendido 100% por Smithers.
Todo lo que Homero comenzó (golpear al Sr. Burns), lo tuvo que terminar (tirarlo por la ventana). Y como pasa en muchas series, todo vuelve a la normalidad al final del capítulo.
Puntos por la referencia a La Naranja Mecánica.
“¿Y la crítica del capítulo?” se preguntará el lector. Bueno… el capítulo es bueno.